"El incendio no fue una protesta social"
La Cámara del Crimende Bell Ville sostuvo que se pasó al terreno de la violencia y la ilicitud. Consideró también que el fuego se produjo de la mano de algunos de los manifestantes incitados por el abogado Barbero y el periodista Pasquini, ambos condenados.
La Cámara del Crimen de Bell Ville dedicó prácticamente la mitad de las 248 páginas de la sentencia por el incendio de los Tribunales de Corral de Bustos para fundamentar la condena a siete años de prisión contra el abogado Víctor Luis Barbero y el periodista Néstor Omar Pasquini.
Ayer, después del mediodía, se conocieron los fundamentos del fallo por los que también fueron sentenciados a cinco años de prisión Juan Marcelo Farías, Horacio Esteban Guayanés, Juan José Guayanés y Rubén Omar Astudillo.
Contra las defensas. Al analizar los sucesos acontecidos durante la jornada del 4 de diciembre de 2006, cuando una multitud, concentrada en la esquina ubicada entre las calles 25 de Mayo y avenida Santa Fe arremetieron contra la sede judicial de Corral de Bustos, la que fue incendiada y destruida, el tribunal integrado por Gustavo Sergio Garzón, Teresita Carmona Nadal de Miguel y Ricardo Pedro Bonini, ataca en primer lugar el planteo de los abogados defensores del abogado y del periodista.
Ambas defensas sostuvieron que se trató de una “protesta social”, pero la Cámara dio por tierra con ese argumento al señalar que “todos los derechos tienen un límite y por lo tanto no son absolutos”.
“Es evidente que lo acontecido –sostienen los jueces– no constituye un problema de protesta social porque no se conculcaron los derechos de los manifestantes, ni se pusieron límites a unos derechos en detrimento de otros, sino todo lo contrario, llegó un momento en que las autoridades se vieron desbordadas por los hechos de los manifestantes. Se pasó al terreno de la violencia y la ilicitud”, consideran los camaristas en el extenso escrito.
Incitadores. En lo que podría considerarse la parte fundamental del fallo del tribunal, que seguramente será recurrido ahora en casación al Tribunal Superior de Justicia, la Cámara apela a testimonios y videos para demostrar que el incendio se produjo de la mano de algunos de los manifestantes incitados “intencionalmente” por Barbero y Pasquini.
“Los dichos de Barbero (quien intervino durante tres veces arengando con un megáfono) demuestran que su verdadera intención fue generar violencia para que se cometan disturbios dañosos e incendiarios”, puntualizan en los fundamentos de la sentencia.
“No puede soslayarse el final de su discurso, con el que Barbero declara explícitamente cuál era su intención al decir que la destitución del juez (Jorge Omar Farías, al que le incendiaron el auto) ya estaba pedida y convocaba a un asamblea en la plaza pública para que el pueblo decida”, señalan los fundamentos.
“Nos preguntamos –siguen argumentando en el fallo– ¿Qué significa esto? ¿A qué quiere llegar Barbero con esta propuesta?, ¿no es acaso un llamado explícito a generar una insurrección del pueblo por fuera de las instituciones y el Estado de derecho?, ¿no es acaso de una gravedad inusitada que viviendo bajo el imperio de la ley nada menos que un abogado haga semejante propuesta?”, sostienen los camaristas en los fundamentos de su decisión.
Creación de clima. Acto seguido interpretan que, desde un primer momento, “Barbero tuvo las intención de determinar a otros (entre los que se encontraban quienes entraron al edificio), creando el clima necesario y directamente con sus palabras, actitudes y gestos para que destruyeran e incendiaran” la sede de tribunales.
Similares consideraciones se realizan en torno a la conducta del periodista Pasquini quien, según los testimonios considerados por la Cámara, fue quien “organizaba” el ataque al edificio, utilizando a algunos de los participantes para que azuzaran a la gente.
Incluso se lo escuchó a Pasquini decir que rompieran las ventanas y que destruyeran el auto del juez Farías. El atentado incendiario puso en peligro las vidas del juez Farías, el fiscal Horacio Moll y de otros cinco funcionarios y empleados judiciales que debieron escapar por los techos para refugiarse en la sede del Colegio de Abogados.
La Cámara resaltó que en esas circunstancias, Pasquini gritaba que los sacaran y quemaran a todos.
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