Cordobeses de Código

La Voz del Interior reunió a los especialistas locales que fueron convocados a participar en la reforma y unificación de los códigos Civil y Comercial.

Saben con pelos y señales de lo que hablan. Durante un año, cada uno en su especialidad, trabajó a fondo con otros colegas del país para preparar la reforma y unificación de los códigos Civil y Comercial, que dejaron en manos de la presidenta Cristina Fernández el 27 de marzo pasado.
Algunos se han reunido largas horas, casi todas las semanas. Otros apelaron más al teléfono o al correo electrónico. Lo cierto es que Córdoba tiene el orgullo de haber aportado 10 especialistas de larga trayectoria al grupo de 100 notables que trabajaron en lo que se presume será una revolución en el ámbito jurídico y académico, con profundas consecuencias en la vida cotidiana.
La Voz del Interior convocó a todos para que cuenten en primera persona lo que significó haber participado de esa tarea faraónica. Ellos son María Victoria Bertoldi de Fourcade, Gustavo Bono, Adriana Dreyzin de Klor, Angelina Ferreyra de De la Rúa, José Fernando Márquez, Efraín Richard, Horacio Roitman y Gustavo Vallespinos. También hicieron su aporte al anteproyecto Nora Lloveras y Ramón Pizarro, aunque por razones laborales no pudieron asistir al encuentro (Ver video).
La foto grupal que acompaña esta nota sintetiza el orgullo de varias generaciones que cree estar convencida de que el anteproyecto recoge todos los cambios que han tenido lugar en la sociedad a los largo de décadas.
Son todos profesores de muchos años, orgullosos de la universidad pública. Didácticos y prácticos, intentan explicar los alcances del nuevo código, que tendrá profundas implicancias en la forma de concebir la familia, la convivencia entre parejas, los derechos personalísimos, los de propiedad, la adopción, la constitución de sociedades y de contratos y las reglas que regirán las relaciones civiles y comerciales entre personas físicas y las que viven en países diferentes.
Todos coinciden en que el proyecto presentado es perfectible y saludan que el Congreso se convierta en el espacio para un debate abierto y plural, del que participe también toda la sociedad. Remarcan que fue el mejor trabajo que se podría haber logrado y están convencidos de que se presenta una oportunidad histórica para que avance, aunque reconocen que habrá resistencias (ver Creen que habrá resistencia, pero que se logrará el consenso).
“Cuando lo leí de manera íntegra, me impactó el haber encontrado lo que dicen los tribunales sobre todos los problemas que no están en el Código y lo que dice la doctrina, a veces empujando a los Tribunales para que lo diga. Es el reflejo del avance de la tarea del magistrado, un gran compendio”, resume Gustavo Vallespinos, quien trabajó específicamente en la teoría general de los contratos.
“Es como si se hubiera hecho una fotografía de la realidad social argentina y se hubiese trabajado en todos los aspectos: patrimoniales, extrapatrimoniales, civiles y comerciales, viendo los problemas desde una óptica no cerrada, sino mirando a otros países”, considera José Márquez, quien aportó su conocimiento sobre fideicomisos. “Es de un lenguaje diáfano, llano, comprensible para cualquiera”, agrega Horacio Roitman, que trabajó en el área de sociedades comerciales.


Los juristas lo confirman. “Yo no conocía otros casos en los que se hubiera abierto tanto el juego; no me refiero a los que estamos acá ni a los 100 que dijo Lorenzetti. Hasta mayo del año pasado, se invitó a toda la comunidad jurídica a aportar sus posturas; ha sido un acierto metodológico de la comisión”, considera Gustavo Bono, el más joven de la mesa y quien aportó su saber en materia de garantías reales y personales civiles y comerciales.
“En la comisión de fideicomisos, hicimos un cuestionario con los principales temas y escuchamos a quienes están en ese ámbito, abogados de bancos y agentes de la Comisión Nacional de Valores”, apunta Márquez. “No estamos leyendo esto desde ayer, sino desde hace un año”, insiste Bono.
“La labor que ha tenido la comisión de reforma ha sido faraónica; sorprende cómo han logrado sistematizar las colaboraciones de las 100 personas que han participado. Nos dieron una serie de pautas y creo que han sido seguidas”, dice Adriana Dreyzin, especialista en derecho internacional privado. “A falta de soluciones en numerosos conflictos, los tribunales tuvieron que desarrollar una jurisprudencia que ha servido mucho de base en lo que hemos elaborado, al menos en mi área”, agrega.
Ninguno considera que en el nuevo Código hayan quedado problemas sin resolver, al menos de manera consciente y de acuerdo con la lógica del siglo 21. Lo etiquetan como innovador y abarcativo. “Se acometen los principales problemas que plantea la sociedad al derecho”, dice Márquez.
“En materia de familia, es muy valiente; ha incluido modificaciones que recogen una nueva realidad”, apunta An gelina Ferreyra de De la Rúa.
Chances de salir. Todos coinciden en dos cosas: que habrá consenso para la reforma y que saldrá, aunque no a libro cerrado. “Tengo la convicción de que por las particularidades políticas que vive el país, la Presidenta va a querer que el Código Civil se modifique durante su período presidencial”, dice Hugo Richard, especialista en sociedades y contratos de colaboración.
“Me parece que tiene muchas posibilidades de salir, pero temo que pierda la calidad de sistema”, advierte Dreyzin. Se refiere a la sistematización y al ordenamiento logrados en los 2.671 artículos. “Si va a haber muchas modificaciones y muy sustanciales que se vinculen a los principios que orientan al legislador a elaborar la norma, se puede conspirar con ese orden”, agrega.
“Hay que discutir el anteproyecto para mejorarlo, sin eufemismos”, remarca Fourcade. “No creo que no sea tocable y que no haya presiones ni lobbies , pero creo que se va a trabajar para que salga”, evalúa.
Revolución intelectual. Otro aspecto no menor, y para muchos la principal fuente de resistencias, es que habrá que estudiar todo otra vez. “Va a generar un movimiento intelectual nunca visto”, apunta Roitman. Y la mesa completa se pregunta: ¿cuánto hace que no se discute sobre derecho?
Remarcan que la sociedad en su conjunto tiene que debatir los cambios. Márquez cuenta que ya hay cientos de cursos en todo el país. “A mí, en lo personal, me gustaría que se sancionara lo más rápido posible y que se dé un período de vacancia para que la sociedad lo conozca”, dice Angelina. Se habla de un lapso de seis meses.
Se adivina en los cordobeses un profundo respeto por la tarea colectiva que han sabido amalgamar y se los nota orgullosos de ser, de alguna manera, discípulos de Vélez Sársfield.
Algunas de las reformas
Unificación. El anteproyecto unifica el Código Civil y el Código Comercial. De más de 4.400 artículos vigentes, se reduce a 2.600.

Matrimonio y divorcio. Se elimina el divorcio “con culpa”. Se permiten diferentes regímenes patrimoniales (no sólo el ganancial) para regular el matrimonio. Se reglan las “uniones convivenciales” (concubinatos).

Comercial. Se incluyen modificaciones en los contratos, las relaciones de consumo, la prescripción, la responsabilidad patrimonial, la definición de persona jurídica.

Contratos. Se incluyen y regulan los contratos de leasing, agencia, franquicia, de concesión o distribución y otros sin regulación.

Sociedades. Se incluye la sociedad unipersonal. Se detallan y regulan las fundaciones, asociaciones, simples asociaciones, asociaciones civiles y hasta se incluye el consorcio de propiedad horizontal.


Familia. Se reducen los plazos de adopción, se elimina la entrega directa y sólo se permite la adopción previo paso por el Registro. Es posible anotar al hijo con el apellido de la madre antes del apellido del padre. Se regula la fertilización asistida; se permite el alquiler de vientres.

Cómo trabajaron. El titular de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, juzgó el anteproyecto como el de “mayor participación” en la historia argentina.


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