Un juez de la Corte de Tucumán dice que las mujeres sólo quieren "tener la tarde libre"
El vocal decano de la Corte Suprema tucumana, René Goane, dijo que las mujeres entran a la Justicia "para trabajar menos" y "para instalar la cultura del medio día".Los dichos del magistrado generaron rechazo dentro del Poder Judicial y de organizaciones de mujeres.
De acuerdo con Goane, la baja productividad de los juzgados se debe al aumento de la incorporación al Poder Judicial de mujeres, a quienes acusó de trabajar “menos tiempo”, instalar “la cultura del medio día” y querer “entrar a Tribunales para tener la tarde libre”.
Al respecto, el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensade los Derechos de la Mujer (Cladem) repudiaron sus manifestaciones, al considerarlas “profundamente sexistas y discriminatorias y contrarias a la Constitución Nacional y a los tratados internacionales ratificados por el Estado argentino”.
Las declaraciones “además denotan un grado tal de ignorancia que cabe preguntarse si quien las manifestó está realmente capacitado para impartir justicia”, alertó al diario Página 12 María Elena Barbagelata, vicepresidenta de la Asociación de Abogados de Buenos Aires (AABA).
Las declaraciones de Goane fueron publicadas en la edición del sábado último del diarioLa Gaceta de Tucumán y generaron un gran revuelo en el Poder Judicial de esa provincia y en el movimiento de mujeres del país.
Según publicó el diario tucumano, Goane dijo que “aquí hay otro problema y van a decir que soy un fóbico de las mujeres, pero desde que se intensificó el ingreso de personal femenino (a las dependencias judiciales) se trabaja menos tiempo, mal que le pese a la doctora Carmen Argibay (vocal dela Corte de la Nación), que creó una oficina de género que discrimina a los varones”.
Asimismo, atribuyó a las mujeres la “instalación de la cultura del medio día”. Añadió: “Quieren entrar a Tribunales para tener la tarde libre. ¿Quién les dijo que eso era así? Cuando yo era empleado y funcionario hacía jornadas de doble turno (...). Llevábamos al día los despachos y –reitero– todo era a mano. Aplicábamos una técnica realmente artesanal”.
Ciento por ciento de acuerdo. Obviamente hay excepciones. Pero la generalidad es esa.
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